EJE INTESTINO-CEREBRO: EL INTESTINO NUESTRO SEGUNDO CEREBRO

Desde el primer momento, Cáliz Greenaloe se presenta como una solución natural destacada para restaurar la salud intestinal y armonizar la digestión con las emociones.

 

Este producto a base de aloe vera puro (rico en acemanan) –ultracongelado en origen para conservar sus nutrientes– actúa directamente en el intestino, calmando la inflamación y reparando la mucosa, lo que a su vez favorece un mejor estado de ánimo.

¿Qué es el eje intestino-cerebro?

El eje intestino-cerebro es una red de comunicación bidireccional que conecta el sistema nervioso del intestino (sistema nervioso entérico) con el sistema nervioso central (cerebro y médula).

 

En palabras de la ciencia, “el eje intestino-cerebro es una red de comunicación bidireccional que vincula los sistemas nerviosos entérico y central”. Esto significa que no sólo el cerebro influye en la función intestinal (por ejemplo, regulando la motilidad o las defensas), sino que el intestino también envía señales que modulan el estado de ánimo, la cognición y la salud mental.

¿Por qué se le llama “segundo cerebro”?

Nuestro intestino tiene un sistema nervioso propio, el sistema nervioso entérico (SNE), formado por una compleja red de neuronas que recubre las paredes del tubo digestivo.

 

Este “cerebro intestinal” posee más de 100 millones de neuronas, casi tantas como la médula espinal. Además, produce y utiliza los mismos neurotransmisores que el cerebro (como serotonina o dopamina). Por ejemplo, más del 90% de la serotonina del cuerpo se fabrica en el intestino, lo que explica por qué un intestino sano promueve emociones positivas.

Comunicación bidireccional: nervio vago, microbiota y neurotransmisores

La conexión íntima entre intestino y cerebro se realiza por varias vías complementarias.

Vía neuronal: El nervio vago es la carretera principal. Este nervio autónomo desciende desde el tronco encefálico hasta el abdomen y recoge información de todo lo que ocurre en el intestino y la microbiota, enviándosela al cerebro.

 

Como dicen los expertos, el nervio vago “vaga” por todo el cuerpo, siendo así la vía principal de comunicación intestino-cerebro.

 

Vía endocrina: Las células intestinales secretan hormonas y neurohormonas (cortisol, adrenalina, insulina, etc.) que entran en la circulación y actúan en el cerebro.

 

De hecho, tras el intestino también entra en juego el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (el llamado eje HPA), relacionado con el manejo del estrés.

 

Vía inmune-metabólica: La microbiota intestinal (billones de bacterias) fabrica moléculas bioactivas. Produce neurotransmisores (serotonina, dopamina, GABA, entre otros) y metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) generados al fermentar la fibra.

 

Estas moléculas no actúan directamente sobre el cerebro (que está protegido por la barrera hematoencefálica), pero sí modulan las células del intestino o del sistema inmune, produciendo citoquinas y señales que llegan al cerebro.

 

En conjunto, las bacterias intestinales son el “tercer protagonista” de este eje: interactúan bidireccionalmente con el intestino y el cerebro, influyendo en emociones y conducta.

Aloe vera puro de Cáliz Greenaloe: calmante intestinal y regenerador

El aloe vera puro es conocido tradicionalmente como un potente calmante natural para el tubo digestivo.

 

Cáliz Greenaloe ofrece un jugo de aloe puro y terapéutico, obtenido artesanalmente, envasado y ultracongelado tras su elaboración. Este proceso de conservación en frío asegura que el aloe mantiene intactas sus enzimas y polisacáridos (sin necesidad de aditivos).

 

Investigaciones científicas coinciden en que el acemanan favorece la reparación de la mucosa intestinal y la resolución de la inflamación.

 

Por ejemplo, estudios preclínicos muestran que con ingesta oral de aloe se acelera la epitelización en áreas dañadas del intestino o el colon, y se observa una clara reversión de los procesos inflamatorios.

 

En otras palabras, el aloe vera puro regenera las zonas irritadas y restablece la barrera protectora del intestino. Estos efectos antiinflamatorios del aloe (potenciados por enzimas como la bradiquinasa, compuestos fenólicos y salicílicos) ayudan a calmar gastritis, reflujo, colitis y otras molestias digestivas.

 

Además, al desinflamar el intestino y mejorar su funcionamiento, Cáliz Greenaloe influye indirectamente en el estado anímico. Un intestino menos irritado y con microbiota equilibrada produce más neurotransmisores “felices” y menos señales de estrés.

 

En la práctica, los clientes de Cáliz Greenaloe suelen notar que, tras aliviar la pesadez digestiva y la inflamación, también se sienten más relajados y positivos. Concretamente, el aloe de Cáliz Greenaloe —rico en acemanan y antioxidantes— favorece la regeneración celular y la hidratación de la mucosa intestinal, lo que puede traducirse en una mejoría del humor vinculado a la salud digestiva.

 

En resumen, Cáliz Greenaloe proporciona un aloe vera de calidad superior: 100% puro, sin conservantes ni estabilizantes, rico en nutrientes orgánicos (minerales, aminoácidos, polisacáridos como el acemanan). Así apoya la reparación del intestino y, por ende, contribuye al equilibrio emocional vinculado al eje intestino-cerebro.

 

Como explicamos en nuestro artículo «Por qué enfermamos: la clave está en el intestino», el equilibrio digestivo es esencial para prevenir desequilibrios físicos y emocionales.”

 

Estrategias naturales complementarias

Existen otras medidas naturales que se complementan con Cáliz Greenaloe y refuerzan el eje intestino-cerebro. A continuación se enumeran recomendaciones clave, fáciles de integrar en la rutina diaria:

 

  • Alimentación rica en fibra y prebióticos: Consumir frutas, verduras, legumbres y cereales integrales favorece la diversidad de la microbiota.

 

La fibra fermentable alimenta bacterias buenas que producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), compuestos que nutren las células intestinales y el cerebro. Una dieta variada ayuda a mantener la producción de neurotransmisores saludables.

 

  • Hidratación adecuada: Beber abundante agua a lo largo del día mantiene la mucosa intestinal hidratada y facilita la digestión. Se recomienda priorizar agua y reducir bebidas azucaradas o con alcohol, ya que estas últimas dañan la barrera intestinal. Una buena hidratación ayuda a prevenir el estreñimiento y la irritación gástrica, promoviendo así un eje intestino-cerebro más equilibrado.

 

  • Descanso reparador: Dormir las horas necesarias (idealmente 7–8 h por noche) es fundamental para regular el ritmo circadiano y la liberación de hormonas como el cortisol. La falta de sueño altera la microbiota intestinal y aumenta la inflamación.

 

Para mejorar el descanso conviene mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y procurar un ambiente adecuado (por ejemplo, temperatura fresca en la habitación).

 

  • Respiración consciente y relajación: El estrés crónico afecta negativamente al intestino-cerebro. Prácticas como la respiración profunda, el yoga o la meditación activan el sistema nervioso parasimpático y reducen la liberación de hormonas del estrés.

 

Estudios señalan que técnicas como la respiración consciente ayudan a “calmar el eje intestino-cerebro”. En la vida cotidiana es útil hacer pausas para respirar despacio, dedicar unos minutos a la meditación o dar paseos relajantes. Estas actividades reducen la tensión intestinal y mejoran el estado de ánimo.

 

  • Gestión del estrés: Además de la respiración, aprender a manejar las emociones (por ejemplo, con mindfulness o terapias cognitivas) protege la salud digestiva. Menos estrés significa menos acidez estomacal y menor permeabilidad intestinal, lo que previene la inflamación crónica.

 

Cada uno de estos puntos fortalece la relación intestino-cerebro. En palabras de especialistas, mantener una microbiota equilibrada es esencial para que la comunicación bidireccional se lleve de forma óptima.

 

Conclusión

Cada vez más investigaciones, como la publicada por el CSIC sobre el eje intestino-cerebro y su influencia en la salud mental, confirman que un intestino equilibrado puede mejorar el estado de ánimo y reducir los niveles de estrés.

 

La ciencia confirma que entre nuestro sistema digestivo y nuestro cerebro existe un diálogo constante y vital. Cuidar el intestino no sólo mejora la digestión: también influye en el ánimo, la concentración y el bienestar general.

 

En este contexto, Cáliz Greenaloe surge como un aliado natural para restaurar la salud intestinal. Su jugo de aloe vera puro (ultracongelado sin aditivos) aporta sustancias reparadoras como el acemanan, que ayudan a calmar la inflamación y regenerar la mucosa intestinal.

 

Invitamos a contactar con Cáliz Greenaloe para recibir un asesoramiento personalizado. De la mano de sus expertos, podrá descubrir cómo integrarlo en su rutina diaria, devolviendo el equilibrio a su digestión y, por ende, a sus emociones. Cuidar el eje intestino-cerebro es cuidar de uno mismo: ¡empiece hoy mismo ese camino hacia una salud integral!

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